OBJETIVOS

La propuesta incorpora seis ideas fuerza y 16 cambios. De estas seis ideas fuerza podemos destacar lo siguiente:

  • Sujetos protagonistas:
    más allá de los discursos y los enfoques, es necesario generar prácticas concretas que fomenten la participación y la incidencia social, de sujetos que “producen conocimientos y prácticas y los ponen en diálogo con otras personas y colectivos en sus procesos formativos, de incidencia, de comunicación y movilización en la búsqueda de alternativas”.
  • Enfoques político-pedagógicos:
    la estrategia trata de incorporar metodologías vinculadas a pedagogías críticas, participativas y socio afectivas, promoviendo una gran “diversidad de enfoques: interculturales, feministas y de sostenibilidad de las vidas, gestión de las diversidades, interseccionalidad de las opresiones…”
  • Enfoque de derechos:
    para el desarrollo de propuestas es necesario “identificar titulares de derechos y obligaciones y contribuir al fortalecimiento de capacidades de ambos; en el primer caso, para que puedan reivindicar sus derechos y en el segundo, para que garanticen su protección, promoción y cumplimiento. El enfoque de derechos toma como referente la universalidad, la igualdad y la no discriminación, de donde se derivan acciones preferentes hacia los grupos vulnerables o excluidos de la sociedad.”
  • Enfoque local-global:
    la estrategia trata de vincular diversas luchas en contextos diferentes partiendo de las realidades concretas y desarrollando caminos de encuentro con otros movimientos y propuestas a escala global.
  • Cultura de aprendizaje:
    desde la conciencia de que no solamente aprendemos de la teoría, sino que muchos de los aprendizajes más significativos los incorporamos desde la práctica, en la estrategia se hace hincapié en herramientas y metodologías para generar éstos
    aprendizajes: haciendo memoria, evaluando, sistematizando,
    difundiendo y compartiendo con otras, celebrando…
  • Corresponsabilidad entre agentes:
    la estrategia interpela y vincula a las administraciones públicas, pero también al sector social, con acciones concretas que se pueden desarrollar desde cada uno de los diferentes ámbitos de actuación. Y también queriendo desarrollar una mirada de las instituciones públicas no sólo como financiadoras sino como “instituciones educadoras” que adquieren un compromiso para poder potenciar este tipo de actuaciones.